Darwin, en su famoso libro sobre el origen de las especies, describió el primer estudio sobre un proceso coevolutivo: El de las las flores y las abejas que las polinizan.
A pesar de que este fue el primer proceso coevolutivo descrito, Darwin no utilizo la palabra "coevolución"; y no fue si no hasta 1964 que Ehrlich y Raven lo utilizaron en su muy influyente trabajo sobre las relaciones existentes entre las plantas y las larvas de lepidópteros que se alimentan de ellas.
Posteriormente se fue abordando el estudio de otros sistemas coevolutivos, por ejemplo:
La resistencia a parásitos y patógenos por parte de los organismos, tanto desde el punto de vista estrictamente genético (Flor 1955).
La ya mencionada coevolución que existe entre las plantas y las especies de lepidópteros cuyas larvas se alimentan de ellas (Ehrlich y Raven 1964).
Las diferentes relaciones antagónicas entre especies, por ejemplo las que se dan entre depredadores y presas (Van Valen 1973).
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